Teoría del color, introducción al concepto de colorimetría

Para entender el concepto de colorimetría, que es fundamental en el ámbito de las artes gráficas, debemos comprender cómo percibe el color el ser humano.

El color no es más que un producto de la mente. Cuando el ojo humano percibe diferentes frecuencias de luz, el cerebro interpreta el color. Pero ¿qué datos aportan los ojos para que el cerebro realice está interpretación?

El ojo humano sólo está capacitado para percibir un rango limitado de estas frecuencias. Ese intervalo se denomina “espectro visible de la luz” y abarca desde los 705 nanómetros (nm) hasta los 385 nm.


La retina del ojo está cubierta de pequeños receptores sensibles a la luz denominados bastoncillos y conos. Los bastoncillos son sensibles a la luz, pero no al color y, gracias a ellos, somos capaces de ver con escasa iluminación. De ahí, el refrán que dice que, de noche, todos los gatos son pardos.

Los conos son menos sensibles a la luz, pero perciben el color. Hay tres tipos de conos y cada uno es especialmente sensible a una parte específica del espectro visible. Unos a los rojos, otros a los verdes y otros a los azules. La escasa iluminación no permite el correcto funcionamiento de los conos, por lo que vemos prácticamente en blanco y negro.

La percepción del color varía de una persona a otra. Hay personas más sensibles a unos colores o a otros y esto se debe a la cantidad y el estado de los conos de ese individuo. Si esta persona carece de ellos, tiene pocos o están dañados los conos que son sensibles al espectro de luz verde, su cerebro no interpretará correctamente este rango de colores. A esta característica se le suele denominar daltonismo.

Otro factor que afecta a nuestra percepción del color es la capacidad de absorción de los objetos que observamos. Es decir, cuando la luz incide sobre cualquier objeto, absorbe parte del espectro lumínico reflejando el resto.

Un objeto que vemos blanco refleja todo el espectro visible y, si es negro, lo absorbe todo. Cuando visualizamos un objeto rojo quiere decir, que el espectro de color que no es absorbido por este objeto es el que corresponde a los rojos. De todo esto se deriva la importancia que la colorimetría tiene en el trabajo de las personas vinculadas con las artes gráficas.


Podemos deducir que reproducir colores de forma exacta a como los percibimos visualmente es imposible. Por ello, el ser humano ha desarrollado diferentes formas de creación de color.

Una de ellas, utiliza la mezcla aditiva muy similar a la manera en que el ojo percibe el color, pero más limitada. Está mezcla de color se consigue combinando una cantidad determinada de luz roja, verde y azul (RGB), con el fin de crear nuevos colores.

Si mezclamos estás tres fuentes de luz a la máxima intensidad, el ojo percibirá el color resultante como blanco, mientras que, si lo apagamos, captará el color negro, puesto que no es más que la ausencia de luz. Este sistema de creación de color es el que utilizan los escáneres, las cámaras y las pantallas que utilizamos en nuestro día a día. De hecho, los monitores están compuestos de pixeles y a su vez estos pixeles están compuestos por tres fuentes de luz: rojo, verde y azul.

Este sistema de creación de color no funciona para la reproducción física del color que aplicamos en las artes gráficas puesto que utilizamos pigmentos y no luz.

En impresión, los colores se crean mediante la mezcla de tres tintas: cian, magenta y amarillo. A esta mezcla se le denomina ‘mezcla sustractiva del color’.


En teoría, la ausencia de pigmentos equivaldría al blanco, pero esto sólo ocurrirá cuando el soporte de impresión es blanco. Y la mezcla en cantidades iguales de tinta cian, magenta y amarilla debería producir negro, pero en realidad el ojo percibe un color marrón oscuro.

Esto ocurre porque la creación de las tintas no es perfecta. Por éste y otros motivos como la necesidad de generar grises neutros y dado que la mayoría de los textos se imprimen sólo en negro, a este sistema de creación de color se le añade la tinta negra dando lugar a lo que llamamos cuatricromía o CMYK.


Ahora podremos comprender el concepto de colorimetría. Tras la necesidad de plasmar el mundo con la mayor fiabilidad posible, se creó una ciencia que estudia los colores dotándolos de unos valores numéricos en base a su luminosidad, tono y saturación. Este sistema de medida de color es lo que conocemos por LAB.

Si quieres saber aún más cosas sobre colorimetría no te pierdas nuestro próximo post.